Mientras somos los “hijos” palabras como Mamá y Papá, tienen un significado relacionado con: me cuidan, me quieren, me miman, me complacen, me compran, me dan, me entregan…todo es Me, hacía mí, soy el destinatario, el que recibe.
Sin embargo, cuando llegamos al momento de la maternidad o de la paternidad, es la primera vez que alcanzamos, desde el adulto, a sentir una relación bien diferente con estas mismas palabras: Madre, Padre, Mamá y Papá…una sensación de peso sobre los hombros que nos genera cargas emocionales contradictorias entre sí.
Afortunadamente, también llega el Amor , que disuelve esa franja creada desde la palabra, la etiqueta y la experiencia de vida. Con cada alumbramiento se abre ante nosotros un lugar desconocido, una cuota infinita de júbilo y dicha, que nos sumerge en la sensación más cálida que jamás anteriormente habíamos experimentado en nuestro corazón: un hijo, creación divina, suavidad extrema, ternura ilimitada.
A casi todos nos invaden preguntas, abiertas ya para siempre :
¿Cómo cuidar bien esta maravilla que tengo en mis manos?
¿Cómo ser buen padre o buena madre?
¿Cómo se educa a un hijo?
Etc etc etc
Lo primero es que te permitas SER y SENTIR todo aquello que consideres está sucediendo para ti. Aquí todo va de Ti, en primera persona.
Lo segundo, que vayas al corazón, y ese sea el punto de comienzo y retorno en cada momento. Tu corazón es mucho más que el lugar físico donde late un órgano vital, es un sitio energético capaz de crear fuerzas invisibles, capaz de transformar circunstancias, y de contagiar a otros con su emisión de Amor.
El Amor es la fuerza más poderosa que existe.
Si en cada momento encuentras y escuchas el mensaje desde tu corazón, acertarás en cada gesto y en cada circunstancia.
La relación entre padres e hijos va más allá de lo visible. Existe una comunicación cifrada que se transmite y a la cual solamente debes prestar atención para que ellos reciban de Ti y tú recibir de ellos.
Si aplicas este sencillo juego de corazones, intenciones y fuerzas invisibles y te permites ACEPTAR que:
- Sí, soy la madre y soy el padre de esta bonita creación
- Sí, siento hacia mi hijos un Amor que no conoce límites dentro de mí
- Sí, le cuidaré y estaré a su lado con cariño y ternura
- Sí, confío en mis instintos
- Sí, estoy preparado para aprender a interpretar en sus mensajes lo que sutilmente desea y necesita de mí en cada momento
- Sí, es un regalo que he recibido
- Sí, es una oportunidad maravillosa para mi esta criatura bonita
- Sí, cuando estoy a su lado se me van las horas volando
- Sí, acepto este Amor recíproco
- Sí, estoy agradecido, he sido bendecido con este nuevo mejor amigo y compañero de vida, que será mi maestro y luz de mis días
Lo tercero, que disfrutes de las sensaciones y te aprendas en cada una de ellas.
Puedes, si te resuena, probar estos primeros pasos que he transitado para permitir liberarme de esa carga emocional que nos provoca el hecho de ser Mamá y Papá.
Una vez alineados con el hecho, desde su aceptación y Amor, todo fluirá ligero, dejando se muestre esa belleza, que cuando aparece, mágicamente, disuelve todo lo demás.
Te lo cuento como lo he vivido. Te ofrezco puntos desde dónde re_encontrarte, porque tú ya eres suficientemente capaz de gestionarlo todo..
XplorerD